"Optimización de tratamientos de cáncer: Integrando los ritmos circadianos para mejorar la salud del paciente"
Una porción significativa de nuestra biología sigue ciclos de aproximadamente 24 horas, conocidos como ritmos circadianos. Hasta el momento, estos patrones han sido en gran medida desestimados al determinar cuándo un paciente debe, por ejemplo, recibir un medicamento. No obstante, la evidencia reciente indica que muchos tratamientos son más o menos efectivos dependiendo de la hora en que se administren. Esto se debe a que gran parte de nuestra fisiología, desde la activación del sistema inmunológico hasta los niveles hormonales, presenta oscilaciones circadianas. Se ha observado que en ciertos tipos de cáncer, los tratamientos pueden mejorarse simplemente alterando las pautas horarias de administración.
En un estudio publicado este año en European Journal of Cancer se vio que en pacientes con algunos subtipos de cáncer de pulmón la supervivencia podía hasta casi doblarse, pasando de 15,9 a 30,3 meses de media, en función de en qué momento del día se aplicaba la inmunoterapia. Y en la misma línea, una investigación en otro tipo de cáncer detectó que era relevante que en esa enfermedad la radioterapia se diera siempre en la misma franja horaria, porque, cuando las sesiones tenían un desajuste global mayor de tres horas, los pacientes tenían un aumento significativo en la mortalidad respecto al resto de personas sometidas al mismo tratamiento. Pero, aunque estos trabajos señalan que la cronoterapia (aplicar los tratamientos en función del ritmo circadiano) puede influir en la supervivencia de los pacientes oncológicos, esto ni se puede generalizar a todos los tipos de cánceres o tratamientos, ni está totalmente claro. Faltan más estudios.
Pese a todo, lo que sí que está ya muy aceptado es que la cronoterapia puede mejorar otros aspectos. “Lo que se ha visto es que, por ejemplo, en los pacientes que se les da inmunoterapia por la mañana, antes de las cuatro de la tarde, el tratamiento funciona mucho mejor, y eso supone un 20% de la mejoría de los pacientes. Se extiende su calidad de vida y minimizan los efectos adversos”, comenta respecto a algunos tipos concretos de cáncer la investigadora María Casanova Acebes (CNIO), quien ha recibido una ayuda de 1,5 millones del Consejo Europeo de Investigación (ERC) para su proyecto INN-TIME, el cual tiene entre sus objetivos estudiar la relación a tres bandas entre los ritmos circadianos, el sistema inmunitario y el cáncer.